Recuperando el espíritu aventurero de aquellas películas de los 80 como los Guinies, llega hasta nosotros “Rare Exports: A Christmas Tale”. Se trata de un film sueco dirigido por el desconocido Jalmari Helander. La película nos pone en la piel de un niño llamado Pietari, que vive con su padre Rauno. Pietari está obsesionado con oscuras leyendas que dicen que Santa Claus era en realidad un monstruoso y malvado ser, que aparecía en Nochebuena para raptar a los niños que no habían sido buenos. Un día el chico escucha una conversación de un grupo de exploradores americanos que dicen haber encontrado la ubicación exacta en la que fue enterrado el viejo Santa.
Rodada con un bajísimo presupuesto es muy correcta en todos los aspectos técnicos. La primera parte se hila narrativamente con una cuenta atrás hacia el día de Navidad; además está dotada de una gran belleza gracias a sus exteriores nevados y sus planos muy logrados. La segunda mitad del film es mucho más oscura, generándonos tensión, nerviosismo e intranquilidad.
Sin lugar a dudas es una de las películas más originales que he visto en mucho tiempo, tanto por idea como por desarrollo. Fue la gran triunfadora de Sitges alzándose con tres galardones: mejor película, director y fotografía durante la cuadragésimo tercera edición del festival.
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